La declaración de la AAP indica que las adolescentes concentran la mayor prevalencia en varias infecciones de transmisión sexual (ITS), cuya detección temprana favorece el tratamiento, previene la transmisión y reduce las secuelas.
En Pediatrics, la AAP junto a otros especialistas revisó la evidencia sobre el test de detección de las ITS no virales en la adolescencia para informar a los pediatras sobre el valor de la pesquisa, y los recursos disponibles respaldan su uso.
Con esa información, recomienda el control de rutina para detectar la infección por clamidia y la gonorrea en las mujeres menores de 25 años sexualmente activas, en los hombres jóvenes que en los últimos 60 días hayan estado expuestos a una pareja infectada con esos dos gérmenes y en los varones que tengan relaciones homosexuales.
No se recomienda la pesquisa de rutina de Trichomonas vaginalis, aunque ciertos factores de riesgo (pareja nueva o múltiples, ITS previas, sexo pagado o consumo de drogas inyectables) justifican su control.
El test de detección de la sífilis sólo se recomienda para los homosexuales adolescentes y otros jóvenes cuyas conductas son de alto riesgo sexual. También se aconseja volver a controlar a los adolescentes con clamidia o gonorrea a los tres meses del tratamiento.
El documento destaca la importancia de desarrollar procedimientos clínicos que incorporen la evaluación del riesgo de adquirir una ITS.
“La clave es obtener los antecedentes sexuales de los adolescentes de manera estandarizada y confidencial, y comenzar la educación de salud sexual precozmente”, dijo por e-mail la doctora Monika Goyal, del Sistema Nacional de Salud del Hospital de Niños de la George Washington University, en Washington.
“Existe una alta carga de ITS en la población adolescente y tenemos que mejorar la pesquisa de esas infecciones”, agregó.
El doctor Christopher Ochner, de la Icahn School of Medicine en Mount Sinai, Nueva York, señaló que una forma de mejorar la detección de las ITS es “hacer preguntas que no parezcan amenazantes para los adolescentes o hacerlos participar en las decisiones y generar un ambiente en el que se sientan cómodos para conversar sin vergüenza”.
FUENTE: Pediatrics, 2014.
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