Una madre infectada puede transmitir esta grave enfermedad a su bebé durante el embarazo
El Treponema Pallidum es la bacteria que produce
la infección de transmisión sexual (ITS) llamada sífilis. Esta infección
no sólo se transmite por vía sexual, sino también a los bebés a través
de la placenta de una madre infectada. Este fenómeno, que se denomina
sífilis congénita, puede producir daños fetales de consideración, como
malformaciones severas.
Las personas más vulnerables
de contraer sífilis son las que se encuentran en edad reproductiva, vale
decir entre los 15 y 45 años. Los principales factores de riesgo son
la precocidad en la actividad sexual, tener alguna otra ITS,
promiscuidad sexual o un elevado número de parejas sexuales. La pesquisa
de esta infección en nuestro medio se la realiza fundamentalmente
durante la gestación, como medida de salud pública y con el fin de
prevenir que la infección pase al feto.
Sin embargo,
esta evaluación sólo se efectúa una vez durante el embarazo, no así a lo
largo del proceso. No obstante, una sola toma de “VDRL” o “RPR”
(pruebas solicitadas para el análisis de sífilis) podría ser
insuficiente, dado que la infección puede ser contraída en cualquier
etapa de la gestación, con consecuencias catastróficas para el bebé,
como anteriormente se señaló.
Lo ideal sería que se
investigue dicha infección en cuatro oportunidades durante el control
prenatal, por ejemplo: al inicio del control antes de las 12 semanas,
entre las 24-28 semanas, entre las 32 y 34 semanas y al momento del
parto, para con ello cubrir todas las etapas donde se podría descubrir
la enfermedad y brindar el tratamiento específico y proteger al recién
nacido.
La sífilis congénita, producto del contagio
de la madre al hijo, produce una infección con efectos graves en el
feto, pudiendo llegar a una “sepsis” (infección generalizada), que
depende de la cantidad de bacterias que han traspasado la placenta,
hasta una condición “hidrópica o hidrops”, que no es más que la
acumulación de líquido en varias regiones del cuerpo y que pueden
producir la muerte del bebé.
El momento más
importante de contagio de la sífilis es el trimestre medio, y sería
importante la generalización de la toma de pruebas de sífilis en dicho
momento y durante el parto, para evitar el contagio e iniciar el
tratamiento, que consiste en la aplicación de antibióticos, por lo
general, penicilina.
Los principales métodos de
prevención son los controles durante el embarazo y la utilización de
métodos anticonceptivos de barrera (como el condón) cuando se sospecha
la presencia de los factores de riesgo indicados. En este sentido, la
prevención ciertamente está asociada con una educación sexual amplia y
eficaz a todo nivel.
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