De acuerdo a la última
investigación del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer
(CIDEM), una de cada 2 mujeres afirma haber enfrentado al menos un
embarazo no deseado en su vida. Más de una de cada 10 revela haberse
realizado un aborto inducido. El estudio fue realizado en las ciudades
de Cochabamba, El Alto, La Paz, Santa Cruz y Sucre. Zoraida Paez,
psicóloga de la institución, reveló que los casos de abortos y embarazos
no deseados pueden causados por violencia psicológica.
Los efectos psicológicos en la sexualidad de las mujeres tienen
relación con embarazos no deseados, abortos provocados, problemas de
prohibiciones a realizar controles de natalidad, planificación familiar,
contagio de ITS y violencia psicológica encubierta.
El desafío de la sociedad es entender por qué se da esta situación
que afecta tan severamente la salud, bienestar y la vida de las mujeres
bolivianas. Este estudio revela cómo la esencia patriarcal de la
sociedad impone múltiples barreras al desarrollo de la sexualidad de las
mujeres, atrapadas en el “deber ser” de preceptos religiosos y morales
conservadores y por el machismo que los sojuzga. La falta de autonomía
sexual y de autonomía reproductiva cobra centralidad en esta discusión.
De acuerdo a Paez, las mujeres abusadas y acosadas por su pareja o
esposo presentan ciertas características. Lo lamentable, según el
estudio del CIDEM, es que el 81 por ciento de las mujeres no usa métodos
anticonceptivos modernos, lo que sería otra de las causantes.
En muchos casos, ni siquiera son ellas las que toman la decisión de
abortar o del embarazo. Su entorno y sus condiciones de vida se encargan
de hacerlo. Si “deciden” continuar con el embarazo, se exponen a
posibles dificultades y frustraciones. Si “deciden” interrumpir el
embarazo, dependiendo de los recursos materiales y espirituales que
tengan para encarar adecuadamente su “decisión”, se exponen a vivir
procesos que pueden afectar su salud, su bienestar o proyecto de vida.
De acuerdo a datos recientes de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), tomados en un contexto global per cápita, América Latina y el
Caribe muestran las incidencias más altas de aborto inseguro del mundo,
32 por 100 nacidos vivos.
“Estos efectos no son solo a nivel personal en la mujer, sino en su
salud sexual, mental, en su salud física, en su conducta y
relacionamiento social. Esa mujer no podrá ir a trabajar ni desarrollar
sus capacidades no va a poder emprender un negocio, no podrá ir a
trabajar”, declaró Paez.
Es muy difícil que las mujeres rompan con el silencio de la
violencia, no son muchas las mujeres que denuncian sus casos y, las
pocas que lo hacen revelan datos importantes respecto al tipo de
violencia que sufren, que puede ser verbal, psicológica, sexual y
física, señaló.
Publicado en Gaia Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario