Este 28 de mayo se celebra el Día Mundial de la Higiene Menstrual, y la importancia de esta fecha reside en que procura el reconocimiento de los derechos de las niñas y mujeres, considerando que en diversos países ellas no logran alcanzar su máximo potencial debido a las malas condiciones sanitarias, los tabúes y otros desafíos relacionados con la menstruación. Hasta la fecha son 45 las organizaciones, entre ellas la Universidad de Oxford, Save the Children y Plan International Inc., que apoyan la iniciativa promovida por Wash United, de oficializar esta fecha a nivel mundial como el Día de la Higiene Menstrual.
“La menstruación es una parte normal e integral de la vida humana, de nuestra existencia, y la higiene menstrual es fundamental para la dignidad y el bienestar de mujeres y niñas. Sin embargo, la menstruación es muchas veces vista como un tabú y genera actitudes negativas, incluyendo la idea de que las mujeres son ‘contaminadas’, ‘sucias’ o ‘impuras’. Mujeres y niñas que menstrúan son forzadas a una exclusión, sufren movilidad reducida y restricciones dietéticas, y por normas culturales no se les deja participar en actividades diarias. A pesar de eso, o tal vez debido a aquello, la higiene menstrual ha sido rutinariamente ignorada por los profesionales del sector de agua, salud y educación. La falta de privacidad y la falta de instalaciones sanitarias hacen que las mujeres tengan miedo a mancharse u oler mal. La falta de higiene en los baños de las escuelas son razones mayores para faltar a clases durante la menstruación y tienen un impacto negativo en el derecho a la educación de las niñas. Desafortunadamente, el silencio y estigma alrededor de la menstruación hace que encontrar soluciones para la higiene menstrual sea de baja prioridad” señala la experta Catarina de Albuquerque, en un reporte especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho Humano del Agua Potable y Saneamiento.
En Bolivia se ha realizado una investigación colaborativa, enfocada especialmente en la exploración de los retos del Manejo de la Higiene Menstrual, que deben enfrentar las estudiantes. El estudio es producto de un programa de apoyo impulsado por UNICEF y el Centro en pro del Agua Segura Mundial (Center for Global Safe Water) que se realizó en los países de Bolivia, Filipinas, Ruanda y Sierra Leona.
El inicio de la menstruación presenta múltiples retos para las niñas escolares adolescentes. Muchas de ellas carecen de los conocimientos, apoyo y recursos para manejar la menstruación en la escuela. El propósito del programa Agua, Saneamiento e Higiene en las Escuelas (WASH en Escuelas) es entender el alcance de los retos en educación y salud a los cuales se enfrentan las niñas adolescentes en el área rural de Cochabamba, Bolivia.
Los datos se recopilaron en las comunidades rurales de los municipios de Tacopaya e Independencia de Cochabamba. Los métodos utilizados incluyeron una revisión teórica de las políticas y prácticas relacionadas con el Manejo de Higiene Menstrual en Bolivia; grupos focales de discusión y entrevistas detalladas de niñas adolescentes, madres, niños adolescentes y maestros, profesionales de la salud y administradores escolares.
Las conclusiones del estudio se centran en los retos para la práctica de la higiene menstrual desde el punto de vista de las escolares, maestros, compañeros de clase y madres. Los mayores problemas para las escolares tenían que ver con el sentimiento de miedo y vergüenza que sienten durante el ciclo menstrual, asociado a la falta de medios para resguardar su privacidad mientras pasaban la menstruación en la escuela. A las niñas adolescentes les preocupaba que sus compañeros y maestros se den cuenta que estaban menstruando y particularmente temían el verse delatadas por manchas de sangre u olor ya que esto daba lugar a burlas de sus compañeros.
Los problemas a los que se enfrentaron las niñas adolescentes tuvieron impactos en su salud y educación, incluyendo su auto-exclusión, reducida participación escolar, distracción, pérdida de tiempo escolar, ausentismo y miedo de embarazo. Las participantes también mencionaron riesgos perjudiciales a largo plazo para su educación y salud, debido a la falta de medios para manejar y entender correctamente la menstruación, lo cual incluía la deserción escolar, infecciones, consecuencias para su salud mental a largo plazo y embarazos no deseados.
El objetivo del trabajo conjunto interinstitucional es lograr que las niñas y mujeres puedan experimentar su menstruación de manera informada, segura y digna; que la menstruación sea aceptada como normal y como parte de la femineidad; que se supere el estigma que es una enfermedad; que todas las niñas y niños sean informados sobre la menstruación, primero en la casa por nuestras madres y familiares, luego en clases desde la primaria; que las niñas puedan hablar en privado con las profesoras desde la primaria, cuando tengan dudas sobre la menstruación; que ninguna niña deba asustarse en la primera menstruación porque no sepa qué le iba a pasar; que nadie en la escuela deba hacerse la burla de una persona que está menstruando; que todas las niñas y niños tengan baños con privacidad, diferenciados y funcionando.
Mayores informes: Caroline de Hilari, Asesora de Salud Escolar y Nutrición para América Latina y el Caribe
School Health and Nutrition Senior Specialist, Department of Education and Child Development
Save the Children USA
chilari@savechildren.org
Diego López
UNICEF Bolivia
flopez@unicef.org
Alejandro Luján
UNICEF Bolivia
alujan@unicef.org
Publicado por la Red Procosi
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