Fue detenida durante tres días y obligada a abortar por tener ya una hija de cinco años y no poder pagar la multa que el régimen comunista impone por tener un segundo hijo.
El caso de una madre de 25 años forzada por las autoridades a abortar un feto de más de siete meses de gestación ha desatado la polémica en China, tras difundirse una foto suya postrada en la cama de un hospital junto al malogrado bebé.
Jianmei Feng fue detenida durante tres días en la provincia de Shaanxi (centro oeste) y obligada a abortar por tener ya una hija de cinco años y no poder pagar la multa que el régimen comunista impone por tener un segundo hijo, explicó su marido, Deng Jiyuan, citado por el diario "Global Times".
Deng también alega que su mujer fue obligada a firmar un acuerdo para abortar y que lo hizo en contra de su voluntad.
Las acusaciones del matrimonio se contradicen con el comunicado emitido por las autoridades locales, que niegan los hechos, si bien el régimen comunista ha abierto una investigación sobre lo ocurrido.
Aunque el suceso ocurrió hace dos semanas, las impactantes fotos de la madre y el feto se publicaron ayer en internet y han desatado la indignación popular.
El caso acumula hasta 500.000 comentarios en las redes sociales, entre los que se encuentran los del propio marido, Deng Jiyuan, quien afirmó que luchará "hasta el final" por defender su derecho: "no sólo es cosa de una mujer, sino de todos los niños chinos y sobre la libertad de nacer".
Publicado por Página SIETE
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