Información recopilada por la Fundación SEPAMOS de la ciudad de El Alto, estableció que mensualmente, en promedio, se conocen 100 denuncias relacionadas con el abuso sexual de niñas, niños y adolescentes; media obtenida por la comparación de datos pertenecientes al primer trimestre de la gestión, donde las Defensorías de la Niñez y la Adolescencia reportaron 375 casos de violencia sexual.
A decir de la Coordinadora del proyecto de prevención contra la violencia sexual infantil de dicha institución, Rosario Mamani, el promedio de casos puede ser incluso mayor, debido a que existen víctimas y familiares que callan los abusos sexual, ocasionado así que los culpables queden impunes.
“Sabemos que muchas familias no denuncian el caso por el abuso de poder que están viviendo, si es el padrastro no quieren denunciar porque es la pareja. Los 100 casos que se conocen, en promedio mensualmente, solo son los que se denuncian entonces (este problema) van creciendo día a día, nosotros queremos animar a las personas a denunciar y a que rompan el silencio”, enfatizó la activista.
Datos recientes señalan que el 80% de los casos de violencia sexual se presentan en el ámbito familiar, siendo el abuelo, los papas o padrastros e incluso las madres quienes cometen abuso sexual; en cuanto a las edades de las víctimas, los informes detallan que menores entre 9 a 16 años son quienes están más propensos a sufrir una agresión de este tipo.
Mamani señaló también que se tiene conocimiento acerca de casos sobre “abuso deshonesto” en unidades educativas, figura delictiva que representa un 10% del total, asimismo existen agresores desconocidos que mediante el uso de violencia y amenazas abusan sexualmente de niños y niñas, principalmente escolares.
Entre las formas y características de los casos que detalló la responsable, se identifican al uso de la agresión y la seducción. “Como hemos dicho, el 80% se da dentro de las familias, hay un 10% que se da, lamentablemente, en las unidades educativas estos son más que todo casos de abuso deshonesto y también por desconocidos, digamos un desconocido que les puede tomar en la calle a la fuerza, usan mas la agresión, pero en el caso de unidades educativas y familias usan mas la seducción y el engaño para ubicar a su víctima”, subrayó.
La evaluación realizada por la funcionaria afirma que no solo son niñas las víctimas, sino también niños.
La problemática
Informes señalan que de cada cinco casos que se presentan en las Defensorías de la Niñez y la Adolescencia de esa urbe, uno es por violación a menores y el resto es por abuso físico de los padrastros.
En el ámbito rural la situación es peor debido a que dos de cinco casos son “tranzados” económicamente, es decir, la familia de la víctima y el agresor solucionan el conflicto económicamente sin llegar a estratos judiciales.
Las leyes
En el país la sanción establecida para quien o quienes cometiesen el delito de violación de un menor llegan a 30 años de privación de libertad, según artículos de la Ley de Protección a las Víctimas de Delitos Contra la Libertad Sexual.
Por otra parte, el artículo 109 del Código Niño, Niña y Adolescente establece que todo tipo de violencia que ocasione daños o perjuicios en la salud física, mental o emocional del niño, niña o adolescente se constituye en un delito que debe ser sancionado.
Impunidad
Muchos casos de denuncias sobre abuso sexual en contra de niñas y adolescentes no finalizan con una sentencia contra el autor, debido a las demoras en el sistema judicial, cansancio de la parte acusadora y algunas conciliaciones que logran los agresores con la familia para que desistan en la acusación.
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