La Defensoría de la Niñez y Adolescencia de El Alto atendió de enero a agosto 477 casos de violaciones a menores de edad. En el 60% de los casos, los agresores son familiares. La Razón halló tres historias de adolescentes violadas por sus padres y que quedaron embarazadas. En ellas, las madres estaban ausentes o no actuaron con severidad.
Las Defensorías de la Niñez y Adolescencia (DNA) de El Alto registraron de enero a agosto de este año 22 casos de padres que violaron a sus hijas. Es común que los abusos se denuncian después de que la víctima fue agredida por más de tres años.
El último hecho de esta naturaleza, que consternó a la población alteña, se conoció el 28 de septiembre, cuando una adolescente de 14 años llegó al Hospital Corazón de Jesús de El Kenko con dolores en el estómago. Una vez allí los galenos se dieron cuenta de que estaba embarazada.
Ella reveló, entonces, que su padre había abusado de ella desde que tenía nueve años. Dos características agravaron esta historia: su madre sabía de los excesos de su esposo y no hizo nada, y el bebé producto del abuso nació con los genitales de ambos sexos.
“Existe un problema y es que por lo general se conocen de estas agresiones, especialmente en adolescentes, después de que fueron agredidos por dos o tres años, aun cuando los familiares lo saben y no lo denuncian”, explicó las complicaciones de estas situaciones la responsable de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) 24 horas, Ana María Callisaya.
De acuerdo con las cifras de esta institución, de enero a agosto de este año se registraron en esas oficinas 477 casos de violación a menores de edad, de cero a 17 años de edad.
De éstos, en 454 circunstancias las víctimas fueron mujeres y en 23, varones. Del total, 354 implican a adolescentes de entre 12 y 17 años; 107 a menores de entre 6 y 11 años, y 16 a víctimas de entre cero y cinco años de edad.
Los principales agresores sexuales de los menores de edad son padres, tíos y hermanos. Según los datos proporcionados, en 22 casos los progenitores cometieron las vejaciones.
Las cifras indican que el 60% de los abusadores pertenecen al entorno familiar de las víctimas. El resto corresponde a terceros, como amigos, vecinos o desconocidos del entorno.
La psicóloga Lilian Rodríguez aseguró que las consecuencias de una violación en menores de edad pueden ser funestas.
Explicó que los adolescentes suelen retraer su actitud positiva y podrían buscar otra vida fuera del hogar en el que fueron agredidos sexualmente. “Las adolescentes por su edad se ven más afectadas. Tienden a retraerse, su conducta es agresiva, no físicamente, sino emocionalmente, porque están siempre a la defensiva y eso se explica por lo que les ha ocurrido”, afirmó.
De acuerdo con la experiencia de Callisaya, las violaciones llevan a estas personas a inmiscuirse en el alcohol, la droga o la prostitución y dejan los estudios del colegio.
Además, cuando ellas quedan embarazadas suelen rechazar al bebé. Callisaya dijo que en la mayoría de los casos atendidos éstas no demuestran ningún tipo de afecto por ellos.
La responsable de la Defensoría informó que el 70% de las adolecentes que quedan embarazadas tras una violación no quiere acercarse a los niños o niñas producto del maltrato. “No les dan afecto, no les dan de mamar, ni los abrigan”.
Éste no es el caso de la adolescente de 14 años que quedó en gestación como efecto de la violación de su padre. Las personas que la atienden dicen que ella le está dando de mamar, pero bajo control.
Ella es evaluada por un equipo de profesionales psicólogos, trabajadoras sociales y abogados para conocer de cerca el caso, cronológicamente, e intervenir en las áreas referidas.
También se aguarda los estudios para saber si ella querrá o no al bebé, para en el último caso separarlos y llevarlos a cada quien a un albergue distinto.Este año, en la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de El Alto se han presentado 88 víctimas que están en grado secundario de estudios escolares y 29, en primaria. La adolescente de 14 años estaba en secundaria.
De todos los casos registrados en la DNA, 472 se produjeron en el área urbana y cinco en la rural, lo que a criterio de Callisaya no quiere decir que no existan más en este último sector, sino que no hay mecanismos de control allí y los hechos no se han visibilizado.
Víctimas rechazan a sus bebés
Las adolescentes que quedan embarazadas, como consecuencia de haber sufrido una agresión sexual, tienden a rechazar a sus hijos. Por esa razón, se registran casos de abortos, abandonos e, incluso, asesinatos. La responsable de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) 24 horas, Ana María Callisaya, afirmó que de acuerdo con la experiencia de atender estos casos el 60% de las adolescentes abusadas abandonan a sus bebés, más aún si el agresor sexual es un miembro de su familia.
La psicóloga Lilian Rodríguez dijo que no se debe culpar a la menor de sentir esa repulsión al bebé, pero tampoco se debe permitir que exista un rechazo.“Es complejo, por lo que pueden ver, ellas deben ser sometidas a un proceso de terapias y de estudios”.
En caso de que la madre adolescente rechace a su hijo antes o después de que nazca lo mejor es que las defensorías se hagan cargo de la custodia de los niños, incluso, de la adolescente, dijo Callisaya.
DOS DELITOS FRECUENTES
Abuso
La Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) 24 horas tiene registrados, de enero a agosto de este año, 477 casos de abuso deshonesto, de los cuales 454 son víctimas mujeres y 23, varones.
Estupro
También las DNA atendieron 22 casos de estupro, en todos los cuales las víctimas fueron mujeres.
Estefanía. Fue violada desde los 11 años
La madre de Estefanía (nombre ficticio) murió cuando ella tenía sólo 11 años.
Lo peor de todo, según el relato de la Defensoría de la Niñez de El Alto, es que luego de la tragedia su padre comenzó a violarla. Dos años más tarde, ella quedó embarazada. Un año después de esto, una vecina quiso saber lo que le había pasado y descubrió la verdad.
Ella denunció el hecho a la Policía y a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia.
Entonces, se supo que Estefanía era sometida sexualmente por su progenitor en varias oportunidades; ahora vive junto con su hijo en un albergue de una ONG.
Andrea Soportó los abusos cuatro años
‘Su papá no respetó ni su edad ni su embarazo’
Andrea quedó embarazada de su padre y aun en ese estado su progenitor seguía abusando sexualmente de ella, según el relato de la Defensoría de la Niñez de El Alto.
Fueron cuatro años de constantes vejaciones. Cuando ella quedó en cinta, su tío, hermano de su padre, logró que ella le cuente lo sucedido y luego denunció el abuso a la Policía.
Ella quedó huérfana a los nueve años. La pérdida de la madre la distanció de su padre, pero luego éste se tornó agresivo.
Ella era agredida sexualmente desde 2009 y quedó embarazada el año pasado.
Ahora la menor de edad recibe atención psicológica para que pueda cuidar a su primogénito.
Esther. Su madre sabía lo que ocurría
‘Descubrieron que fue violada en el hospital’
A los nueve años, Esther (nombre ficticio) fue agredida sexualmente por su padre, que estaba ebrio y agresivo.
La niña al principio calló, luego le avisó a su madre sobre lo ocurrido pero ésta sólo le dijo a su esposo que deje de molestarla. La reacción pasiva de ella provocó que el padre siga abusando de su hija. Ella se quejó en varias oportunidades, pero su madre nunca la ayudó.
La mañana del 28 de septiembre dijo tener dolores estomacales y fue llevada al hospital Corazón de Jesús, donde los galenos se dieron cuenta de que estaba embarazada. Allí, ella contó el martirio que había sufrido en su hogar. El padre está detenido en la cárcel de Chonchocoro.
Publicado por La Razón
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