Colectivos se pronuncian sobre el matrimonio gay
En tres estados de EEUU y en Argentina
legalizaron el matrimonio gay. En Francia el proyecto fue presentado al
Gobierno la semana pasada y en Bolivia la lucha continúa.
Legalizar el matrimonio homosexual es un primer paso en la lucha por el
reconocimiento. Bajo esa premisa, instituciones como el colectivo LGBT
(lésbico, gay y bisexual y transexual) y la Comunidad Diversidad
trabajan para que se aprueben las uniones de las personas del mismo
sexo, una visión que ya ha encontrado eco en el ámbito político.
Hilda Saavedra, diputada del MAS, presentó un proyecto de ley sobre el
matrimonio gay. “Ha llegado el momento de sentarnos a discutir y estamos
trabajando para cambiar y descolonizar este país para que ningún grupo
sea discriminado”, afirma la legisladora.
El proyecto establece que debe interpretarse que el artículo 63 de la
Constitución Política del Estado no limita ni prohíbe que los derechos
al matrimonio civil y a las uniones libres puedan ser ejercidos por
parejas conformadas por personas del mismo sexo, en igualdad de
derechos.
La nueva Constitución, aprobada en enero de 2009, reconoce los derechos
de las diversidades sexuales en su artículo 14, inciso II, que reza: “El
Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón
de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen,
cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología,
filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o
social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad, embarazo u
otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los
derechos de toda persona”.
Para David Aruquipa, presidente de LGBT de Bolivia, el objeto de la
lucha por una unión gay libre no es reproducir el modelo del matrimonio
católico.
“No vemos el matrimonio como una institución que vamos a fortalecer,
sino que entrando en esa institución, nuestra idea es hacerla
evolucionar quebrando el modelo de violencia matrimonial que existe
ahora. El matrimonio no es una cuestión religiosa, sino de derecho. Si
ha sido creado como un instrumento de control y de individualización de
la familia, creemos que podemos cambiarlo”, argumenta.
Paris Galán, cuyo nombre real es Carlos Parra Herrera, de la Comunidad
Diversidad, opina que el movimiento detrás de esa causa es “justo y
puede permitir acceder a los derechos que brinde el matrimonio”, como el
derecho social, derecho en cuanto al acceso a la salud y también en
cuanto a los impuestos.
Según Galán “es también una manera de restituir daños”.
“Una lucha equivocada y conservadora”
Sin embargo, María Galindo, del colectivo Mujeres Creando, considera que
la promoción de la legalización del matrimonio es “una lucha
conservadora y equivocada porque implica asimilarse al modelo burgués
del núcleo familiar”, donde el matrimonio es un contrato de
“subordinación y de pertenencia”.
Según Galindo, “otorgar el matrimonio a maricones y lesbianas, se usa
(por parte de los políticos) como un mecanismo para demostrar que son
progresistas. Cristina Fernández (actual presidenta de Argentina)
legalizó el matrimonio gay pero no legalizó el aborto”, afirma la
activista.
Pero una legalización de la unión gay también implica considerar el tema
de la adopción de hijos. Según Federico Lombardi, portavoz del
Vaticano, la adopción encarada por una pareja del mismo sexo “es una
negación del derecho de los niños a tener un padre y una madre”.
“Hay un reconocimiento público que el matrimonio entre un hombre y una
mujer es una conquista de la civilización y en los países occidentales
existe una tendencia a modificar la visión clásica del matrimonio entre
un hombre y una mujer, o más bien a abandonarla, suprimiendo su
reconocimiento legal específico y privilegiado en cuanto a otras formas
de uniones”, declaró el funcionario católico.
Ante esa posición, Galán sostiene que “una familia no es necesariamente
biológica, también se puede construir a partir de una decisión de una
pareja del mismo sexo”.
En diferentes países del mundo la comunidad homosexual lucha para
legalizar sus derechos y, en esa línea, Bolivia avanza paso a paso,
aunque Galán aún considera que “hay muchas leyes, pero todavía son
discursos”.
Para estos movimientos, la batalla en pos de lograr el reconocimiento de
las uniones gay “debe ser de la sociedad y orientada a cambiar la
manera que tiene la gente de ver otros tipos de géneros sexuales
distintos al suyo”.
En Francia, en Bolivia y en muchos otros países los homosexuales siguen
sufriendo cotidianamente la discriminación en cuanto al acceso al
empleo, a la vivienda. Sin embargo, no son solamente las leyes que
tienen que evolucionar, sino las mentalidades y eso pasa por más
educación desde el colegio.
Publicado por Página Siete, La Paz Bolivia
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