Tengo un embarazo de seis meses y hace como dos que no
tengo relaciones sexuales con mi esposo porque pensamos que quizá
lastimemos a nuestro bebé”, cuenta Sonia. Como ella, muchas mujeres
creen que la sexualidad no es compatible con la maternidad, que puede
perjudicarla.
Al respecto, el sexólogo y ginecólogo
Winston Uzín señala que el coito (penetración del pene a la vagina) es
una actividad que puede realizarse en la mujer embarazada siempre y
cuando no se presenten amenazas de aborto. “Tampoco cuando se sufra de
infecciones urinarias o de transmisión sexual, ni de placenta de
inserción baja (oclusiva total)”.
Otras
circunstancias en las que las relaciones sexuales pueden resultar
riesgosas durante la gestación son la incompetencia ístmico cervical
(cuello uterino que no pueda contener al bebé, por estar algo abierto),
la hipertensión severa arterial inducida por el embarazo o si hubiese
riesgo de parto prematuro, es decir, que el bebé pueda nacer antes del
tiempo de desarrollo adecuado.
Pero si la madre está
completamente sana, sin los riesgos indicados anteriormente, se puede
tener una relación coital desde el primero hasta el último día del
embarazo. “Lógicamente, adoptando posiciones en que la mujer no se
sienta incómoda. Las relaciones en las últimas semanas de embarazo
pueden ayudar a la liberación de prostaglandinas, que son sustancias que
pueden colaborar a que se desencadene el parto”, según el especialista.
Si las condiciones para tener relaciones sexuales son las adecuadas, no
van a afectar en nada al proceso del embarazo. Por el contrario, bajará
los niveles de estrés, permitirá un mayor grado de intimidad y
estabilidad en la pareja y ella se sentirá más querida, deseada y no
rechazada.
En caso de presentarse alguno de los
problemas anteriormente citados, se debe acudir con el médico para la
adecuada atención, pues de otra forma se puede desencadenar una amenaza
de aborto o un parto prematuro. “En el caso de que la pareja o la mujer
embarazada esté pasando por una infección de transmisión sexual es
aconsejable el uso de preservativos para evitar el contagio”, dice el
especialista.
LAS AMENAZAS
Si hay sangrado durante el acto, se debe acudir inmediatamente al
médico de cabecera. Puede deberse a causas simples o a procesos más
complicados, pero todos de cuidado. Una de las causas puede ser el
denominado ectropión, que es un descenso de la mucosa endocervical del
cuello uterino causado por un efecto hormonal propio de la gestación.
Otra puede ser un pólipo cervical, que es el crecimiento anormal de
mucosa del cuello uterino, muy débil al contacto y propenso a sangrar.
En el caso de una amenaza de parto prematuro, el cuello se dilatará y
puede producirse el sangrado genital, dolor en espalda baja y abdomen
bajo, además de una sensación de contracción uterina. La madre sentirá
que su abdomen se endurece simultáneamente con dolor.
Si la mujer siente la salida de líquido por vía vaginal, es posible que
se haya roto la bolsa y salga el líquido amniótico. Ante estas
manifestaciones deberá asistir inmediatamente al control con su médico.
Con todas las precauciones del caso, la vida sexual de la madre puede
ser muy placentera y ayudar a sobrellevar el embarazo de mejor forma.
Posiciones
La mujer embarazada debe adoptar posiciones cómodas. La de la cucharita
(penetración vaginal por detrás), la mujer encima del varón o la del
perrito. Otras pueden generar incomodidad o dolor.
Psicológico
La mujer pasa por una etapa de susceptibilidad al ver que su cuerpo
cambia,no se siente atractiva y teme lastimar al bebé si tiene
relaciones con su pareja, pero es pasajero, dice la psicóloga Mónica
Soliz.
Orgasmo
Las mujeres acumulan mayor cantidad de sangre en el embarazo y ese
flujo sanguíneo se dirige al área pélvica. Algunas descubren que esto
aumenta su capacidad de tener un orgasmo.
Fuentes: Wiston Uzín, Sexólogo y Ginecólogo y Monica Soliz Psicóloga
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